viernes, 29 de abril de 2011

Mi tía Felisa

Hoy estoy un poco triste: se ha muerto mi tía Felisa. Podéis pensar que soy un poco simple ya que ella era una tía algo lejana. En realidad era la mujer de mi tío Tomás que a su vez era primo de mi abuelo materno, o sea que en lo que a lazos de sangre se refiere, pues nada, ni existían…Pero esto da igual: mi tía Felisa era, por lo menos, tan tía como otras más cercanas. Se ha muerto casi a la vez que Liz Taylor aunque era mucho más vieja que ella (pasaba con creces los 90 años) y, naturalmente, mucho menos guapa y con mucho menos dinero. Pero yo creo que era muy rica, tenía una hermosa familia y mucha gente que la quería. Porque era generosa, muy generosa. Son muchas las historias de ella que he oído contar por labios de mi madre; ella le conoció en aquella época en la que siendo moza se casó con mi tío Tomás y fue a vivir al pueblo y a la casa de él, convirtiéndose así en el ama de casa, de “casa el herrero”: en algunos pueblos de Navarra las casas tienen nombre y a veces, no siempre, hacen alusión a los oficios que desempeñan quienes las habitan y este era el caso. Mi madre conoció a esa Felisa joven y garbosa que tuvo dos hijas y un hijo que falleció con pocos meses tras padecer, según me ha contado, una gastroenteritis, de ahí el miedo de mi madre a este proceso en principio tan banal…Eran los duros años de la posguerra. Mi madre vino a vivir a San Sebastián y mi tía se quedó en el pueblo, hasta ahora. Nuestros lazos con Navarra siempre se han mantenido intactos: Arizala, el pueblo de mi madre y de mi abuelo y de mi tía, ha sido el pueblo de mi infancia y de mi juventud, el paraíso para mí y mis hermanos durante todos los veranos de nuestra infancia. Solíamos ir a casa de mi tía Felisa; era una casa realmente fascinante…Imaginaos: en la entrada estaba la herrería con todos sus aperos. Recuerdo que en verano tras pasar el umbral de la puerta y acomodar la vista a la oscuridad después de haber estado un rato al sol, adivinabas al fondo la fragua de mi tío, con aquel enorme yunque y junto a él la pila del agua en la que mi tío sumergía la pieza de hierro incandescente que él había sabiamente moldeado. Recuerdo el ruido que hacía al enfriarse…Y recuerdo que era normal despertarme en una de aquellas habitaciones que estaban justo en el piso de arriba al ritmo que imprimía mi tío golpeando con su martillo sobre el yunque. Abrías los ojos y veías colarse la luz entre las rendijas de las contraventanas con una claridad que no he vuelto a percibir; y casi al mismo tiempo llegaban hasta los oídos los chillidos de las golondrinas que hacían sus nidos en el tejado de la casa, y en época de cosecha a esta algarabía se unía el traqueteo del motor del tractor de los vecinos…Y el día arrancaba cargado de sorpresas para mí y mis hermanos, niños de ciudad que teníamos la suerte de tener “pueblo”. En la cocina esperaba mi tía Felisa, sonriente y con buen humor, siempre; dispuesta a prepararte un tazón de leche y sin que faltara el pan tostado y la mantequilla y la mermelada. Recuerdo que siempre nos saludaba con un “buenos días, ¿has descansado bien?” y uno contestaba “sí, tía ¿y tú?” y asentía y era, no tengo otra palabra, fantástico…El yunque hace ya tiempo que enmudeció.Y pasaron los años, y continuamos yendo nosotros y nuestros hijos a Navarra fielmente, no a casa de mi tía, son otros tiempos; pero siempre hemos ido a visitarla y siempre hemos recibido de ella cariño, alegría y una buena merienda porque independientemente del manjar que propusiera, sabía especialmente bueno si era ella quien partía el pan sobre la vieja tabla de su cocina.
Pronto el trigo verdeará en los campos de mi infancia y las amapolas nos alegrarán la vista asomando descaradas en los ribazos de los caminos; se me llenarán los ojos de la luz primaveral de los campos de Navarra y te echaré de menos.

Gracias, tía Felisa, gracias por abrirnos la puerta de tu casa, por formar parte de la buena gente que iluminó los días de mi infancia. Un beso.
Para todas las “tías Felisas”, espero que hayáis disfrutado de alguna de ellas.


Marzo 2011

martes, 26 de abril de 2011

Puestos funcionales en Osakidetza

Por casualidad, hemos encontrado este documento de Osakidetza que describe los puestos de trabajo en Osakidetza. Se llama Manual de Organización: Decreto Puestos Funcionales y fue publicado en el 2005 por la Dirección de Recursos Humanos. Lo podéis encontrar en esta página. Está organizado definiendo para cada puesto las responsabilidades básicas, las competencias generales y las competencias específicas cuando son precisas. Resulta curioso leerlo y también es curioso lo poco que algunos sabemos de la Organización en la que trabajamos, incluso cuando nos atañe directamente. Hemos extraido las correspondientes a los puestos en los PAC.
Para poder leerlo en pantalla completa, tenéis que clicar en el cuadrado de la esquina inferior derecha y después elegir el tamaño en el lado inferior izquierdo.

martes, 19 de abril de 2011

Músicos callejeros del mundo

Acabamos de estrenar la primavera y las vacaciones de Semana Santa y en
esta época callejear por mi ciudad, sin prisa, sin rumbo fijo, es para
mí un auténtico placer. Y si en mi paseo encuentro un grupo de músicos
callejeros y si además suenan bien: ¡qué gozada...! No todo va a ser
"ciencia..."
Os propongo un paseo de este tipo por el mundo mundial, amenizado por
un famoso tema musical interpretado por músicos callejeros de todo el
planeta: ¡a disfrutar!

martes, 12 de abril de 2011

Medicalización de la vida

Un asunto que nos preocupa y sobre el que reflexionamos de forma recurrente es el de la medicalización de la vida. Son muchas ocasiones en las que este tema aparece en nuestras conversaciones, bien sean serias o teñidas a veces de ironía constituyendo parte del numeroso anecdotario de nuestra práctica profesional. Hacer enfermedad de situaciones que no lo son, medicalizar la vida, está íntimamente relacionado con el uso (inadecuado) de los servicios sanitarios y con la seguridad del paciente. Podríamos poner muchos ejemplos pero correríamos el riesgo de banalizar un problema que se nos antoja muy serio, de hacer de ello otra anécdota…Lo que sí está claro es que las cosas no están así por casualidad: son muchas las veces en que los pacientes acuden a las consultas buscando soluciones a problemas derivados de la propia biografía, del propio hecho de vivir y son muchas las veces en que pequeños problemas sin trascendencia son acogidos y tratados por nosotros, los profesionales, con un exceso de celo, tratando lo que no merece la pena porque, simplemente, no es una enfermedad…Tal vez durante mucho tiempo les hemos quitado la posibilidad de gestionar con sus propios recursos estos pequeños problemas; tal vez para otros no tan pequeños y que escapan al ámbito de lo sanitario, no disponemos de soluciones…En realidad, como en otros aspectos sociales, contribuimos a infantilizar a la población y nos convertimos en tutores de sus vidas, flaco favor les/nos hacemos. Y ahora que la madeja está tan enredada es preciso hacer un esfuerzo en desenmarañarla porque la queja, que a veces alivia, a fin de cuentas, no sirve para casi nada.
Una buena opción puede ser reflexionar sobre estos aspectos con seriedad y compartir nuestras preocupaciones, nuestras conclusiones y las posibles soluciones con nuestros pacientes. Os ofrecemos una interesante presentación de una charla abierta al público general, dada recientemente por nuestra compañera Eulali Mariñelarena, a quien desde aquí agradecemos su colaboración. Según nos han contado el anecdotario de las preguntas de los asistentes daría para un estudio sociológico y varias entradas de un blog.

martes, 5 de abril de 2011

Mónica Lalanda: repaso a 10 situaciones en urgencias

Hace tiempo que teníamos guardada esta presentación de Mónica Lalanda sobre 10 situaciones frecuentes en los servicios de urgencias que arrastran una inercia de manejo que poco tiene que ver con la realidad. Lo ha titulado Las 10 frases que no se debieran oir en un departamento de urgencias. Creemos que siguen de actualidad.
Mónica Lalanda es un médica que trabaja, al menos en octubre del 2009, en el Hospital General de Segovia. Durante 11 años trabajó en el Servicio de Urgencias de un hospital en Inglaterra. Si queréis saber más sobre ella podéis leer (previo registro) esta entrevista que le hicieron en  el Diario Médico. Tiene un blog que se llama Profesión Sanitaria que está integrado en los blogs del apartado Codigo Salud del  suplemento de salud del periódico El Mundo.