martes, 30 de agosto de 2011

Rebajas ("saludables") de verano...


Estaba yo trasteando en mi cocina, en esta mañana veraniega entre nubes y claros, sin tener muy claro si ir o no a la playa y acompañada de la radio. Me encanta la radio…Entre un espacio radiofónico y otro nos bombardean con las cuñas publicitarias y, en una de estas, me he quedado patidifusa, no se me ocurre otra palabra mejor. Y es que tras el anuncio de unos ascensores, una voz masculina muy seria promocionaba un chequeo de salud en una afamada clínica de mi ciudad…Iniciaba su mensaje con un contundente “porque la salud no puede esperar…”, con lo cual una YA se pone alerta. Lo que sigue es mucho mejor: se trata de una oferta de chequeos médicos durante el mes de agosto, completitos, con análisis y todo, en una mañana, y además con la ventaja de que están de oferta (rebajadas) las pruebas radiológicas, a saber: escáner, resonancia y ecografía. Tal cual. Me encanta. Y claro, ya me imagino: vas y le dices “quiero un escáner de los pulmones, una ecografía de la tripa y una resonancia totalbody, que ya que está de rebajas, voy a aprovechar, oiga…” Ideal, y todo ello acompañado de buenas caras y sonrisas del personal de la clínica, que me encanta que me adulen. A lo mejor me hago también una audiometría aunque oigo estupendamente, me miro la retina por si se me ha desprendido sin darme ni cuenta y me revisan los pies planos, que hasta hoy no me han dado problemas, pero vaya usted a saber, que con la salud no se puede jugar…Y luego me voy muy contenta, que ya he pasado la ITV y además, en “manos expertas”, como dice muy serio el señor de la cuña publicitaria…Y me acaba de dar otro patatús, porque la misma entidad, acaba de insertar un nuevo mensaje esta vez dirigido a las mujeres y ponen en oferta, para completar el chequeo, un examen ginecológico en el que te informan al instante sobre “el estado de tu fertilidad”…menos mal que ya estoy mayor y no creo que me queden más de dos o tres óvulos en mis ovarios, de este me libro. Me voy a tomar una tilita a ver si se me pasa el sofocón y me puedo escaquear de la valoración psiquiátrica…
Por si no os lo creéis, en la cabecera tenéis la grabación que aunque no es de muy buena calidad sirve para hacerse una idea.

viernes, 26 de agosto de 2011

De estreno


Afortunadamente, en las guardias siempre hay parones en los que la charla distendida con los compañeros es una buena opción. Lo mismo se abordan asuntos relacionados con nuestro trabajo que temas más personales, se habla de lo divino y de lo humano…En una de estas ocasiones, hace ya tiempo, recordábamos hazañas de cuando éramos niños y jóvenes y un compañero, entre risas, rememoró para nosotros una escena ocurrida en el umbral entre su infancia y su adolescencia, y tomando prestada aquella historia escribí esta a la que titulé “De estreno”. Para todos y todas mis compañeros y compañeras de ayer y de hoy, con los que he compartido, comparto y espero seguir compartiendo guardias, trabajo, buenos y malos momentos, charlas, confidencias y muchas, muchas risas.

DE ESTRENO
El verano recién estrenado dejaba caer un sol de justicia. A aquella primera hora de la tarde no se veía un alma en la calle. Estaba solo, sentado en el único árbol a las sombra del parque, justo debajo de su casa. La verdad es que estaba aburrido; lanzaba al aire una piedrecita tras otra intentando distraerse mientras esperaba a reunirse con los suyos: ¡eran unos tardones!, ¿cómo podían necesitar tanto tiempo para acicalarse? Había discutido con su madre; ella se había empeñado en que se calzara esas horribles sandalias en lugar de sus eternas zapatillas. Ella decía que hacía un calor insoportable y que así, con las sandalias, los pies respiraban mejor: ¡vaya bobada…! Se miró los pies casi desnudos, le daban un poco de repelús: esos dedos tan largos y huesudos…Sin embargo, le gustaban sus piernas fuertes por el deporte y velludas, casi tanto como las de un adulto, o ¿tal vez eran ya las piernas de un adulto? La verdad es que últimamente había crecido mucho, casi era tan alto como su padre; esto también le complacía aunque se escurría tímido cuando alguien, a quien hacía mucho que no había visto, lo comentaba. Estaba sudando como un pollo a pesar de la ligera vestimenta que llevaba. Miró la hora por enésima vez, aburrido, y se llevó la mano a la frente para enjugarse el sudor. Sus dedos tropezaron con uno de esos malditos granos que en los últimos meses le afloraban en la cara para su desconsuelo. Nervioso, intentó arrancarlo sin poder evitar recordar las recomendaciones que su madre a menudo le hacía: “no los toques, se infectarán y te dejarán marcas. Son cosas de la edad”. ¡Pues sí que era una edad rara la suya! A veces era un tipo de lo más curtido y otras, las menos, eso sí, un crío. Un gorrión bebía afanoso en la fuente; entrecerró los ojos para calcular la distancia. Si no fuera una burrada, probaría a ver si le alcanzaba de una pedrada. No, no iba a hacerlo: él no era un tipo violento pero estaba tan aburrido…Bostezó escandalosamente y fue entonces, justo en la mitad de su bostezo, cuando la vio. Fijó en ella su mirada, al principio sin demasiado afán y luego con creciente interés. Calculó que tendría más o menos su edad. No era demasiado alta, tampoco bajita: era, sencillamente, perfecta. A medida que se acercaba centró su atención en la línea vertical del esbelto cuello y en el trazo horizontal dibujado por los ojos: ¡qué ojazos! Ella caminaba distraída, salpicando frescura a cada paso; la bolsa que colgaba de su hombro dejaba asomar una toalla de colores: probablemente, venía de la playa. La imaginó tumbada al sol después de un baño: pequeñas gotas de agua deslizándose juguetonas sobre la piel morena, el pelo húmedo extendido sobre la toalla rodeando su cara…Clavó la mirada en la boca: los labios jugosos dejaban escapar una media sonrisa. Pero toda la gracia anidaba en la curva deliciosa de su nuca bajo la coleta. Imaginó cómo sería la sensación de acariciar aquella piel justo en el nacimiento del cabello; enredar luego los dedos en el ensortijado pelo y viajar despacito, perezosamente, hasta acariciar con levedad la frente y las arqueadas cejas…Ella, inocente, ajena a su pensamiento, balanceaba el cuerpo al ritmo de sus pasos: sintió él el deseo de bailar al son de su música, aún más, de ser su melodía. Pasó a su lado, tan cerca que hubiera bastado con extender su mano para tocar el vuelo de la falda. Y sin embargo, turbado, desvió la mirada hacia el suelo mientras sentía latir la sangre en sus sienes con violencia inusitada. Ella dobló la esquina y desapareció de su vista. Se miró las manos y las vio por primera vez diferentes: eran las manos de un adulto sembradas de caricias. Su madre le llamó desde la puerta. Se levantó despacio, con desgana. Tenía quince años, aquella tarde la magia se vistió de piel morena. Verdaderamente hacía mucho calor, seguramente acabaría en tormenta.

martes, 23 de agosto de 2011

Otro recurso sobre medicaciones en urgencias

Cada maestrillo usamos nuestro librillo pero por si acaso no viene mal conocer nuevos recursos.
Os traemos hoy una Guía farmacológica que está disponible como página web o como una aplicación que es posible descargar a una PDA o a un portátil, no dicen nada de smartphones así que supongo que no será posible utilizarla en esos dispositivos. Ha sido elaborada por la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias de la Junta de Andalucia.
Está pensado para las emergencias así que los fármacos y las presentaciones incluidas no son las que nosotros usamos más, pero si nos puede resultar útil para aquellas situaciones en las que debemos utilizarlos y cuyo manejo nos suele resultar estresante por lo poco familiarizados que estamos con ellos. Lo mejor será que echéis un vistazo para saber si puede resultaros o no útil.

martes, 16 de agosto de 2011

Beber sin sed

La foto es de aquí

Hace unos días me quedé pasmada cuando leí una noticia en la que contaba que el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos definía las pautas para una correcta hidratación oral. Para ello publican lo que llaman el decálogo de la hidratación. En fin, no digo yo que en algunas situaciones concretas, los bebes, los ancianos...no haga falta un especial cuidado pero, la verdad, creo que ya nos estamos pasando con este rollo. Esto es lo primero que pensé pero, como me conozco, me dije a mi misma que era una picajosa. Para mi alegría, lo reconozco, unos días después leí esta entrada de Sergio Minué hablando de este mismo tema. A él también le ha llamado la atención el asunto y nos cuenta que cuando un nefrólogo de Pensilvania publicó una editorial cuya conclusión principal era que respecto al consumo de agua no existen evidencias científicas sólidas  fue contactado por Danone (propietaria de la marca de agua Evian) para llamarle la atención porque sus ventas habían caído tras la publicación.
Más, la información que aporta Sergio Minué la ha obtenido de una revisión publicada en el BMJ sobre el tema en la que se concluye que  no existen pruebas suficientemente sólidas para aconsejar a nadie sano ( ya sea niño, anciano, mujer o adolescente) beber agua cuando no se tiene sed.
Y yo me pregunto...¿no debiéramos dejar de convertir cualquier asunto de la vida normal en problema que necesite la intervención, opinión, solución de un profesional sanitario? ¿No tenemos nada mejor en que ocupar nuestro tiempo? ¿Somos conscientes de hasta qué punto somos manipulables por otro tipo de intereses?

viernes, 12 de agosto de 2011

Emoción

Para disfrutar este video sólo tenéis que saber es la grabación de la activación del implante coclear de Jonathan cuando tenía 8 meses. Me puedo imaginar la satisfacción del profesional...


martes, 9 de agosto de 2011

Estrategias para una prescripción segura

A través del blog “El Supositorio” accedemos a esta guía titulada “10 top tips for GPs – Strategies for safer prescribing” del Nacional Prescribing Centre (NPC) del sistema británico de salud. Muy interesante. Sólo una pega, ya lo dice Vicente Baos, sirve para cualquier prescriptor y no solo para los médicos de primaria. 
Estos son los pacientes con más riesgo de sufrir complicaciones por nuestras prescripciones:

  • ancianos, sobre todo cuando son frágiles
  • aquellos con múltiples comorbilidades graves
  • aquellos que toman varios medicamentos potencialmente peligrosos
  • las personas con problemas médicos agudos
  • aquellos que son ambivalentes acerca de tomar medicamentos o tienen dificultades para comprensión o para acordarse de tomar la medicación
 estos son los medicamentos que más problemas ocasionan:


y estos son los 10 consejos, todos ellos obvios y, sin embargo, frecuentemente olvidados:

  1. Manténgase al día en sus conocimientos de la terapéutica, especialmente para las condiciones que vea comúnmente.
  2. Antes de prescribir, asegúrese de tener toda la información que necesita sobre el paciente, incluyendo la co-morbilidad y alergias.
  3. Antes de prescribir, asegúrese de tener toda la información que necesita sobre el fármaco (s) que usted está considerando efectos secundarios prescribir, incluyendo las interacciones.
  4. A veces los riesgos de la prescripción son mayores que los beneficios y por lo tanto antes de prescribir pensar: ¿Es necesario prescribir este medicamento?”
  5. Compruebe las alertas informáticas del sistema de prescripción para evitar perderse información sobre iteracciones o alergia a fármacos.
  6. Comprobar siempre las prescripciones antes de firmarlas.
  7. Implicar a los pacientes en la prescripción de y darles la información que necesitan para tomar los medicamentos recetados, para reconocer los efectos secundarios importantes y para saber cuándo debe regresar para el seguimiento y /o revisión.
  8. Contar con sistemas para asegurar que los pacientes que precisan pruebas de laboratorio para monitorizar los medicamentos que están tomando, se revisan en los intervalos apropiados.
  9. Asegúrese de que existan altos niveles de seguridad en el sistema de repetición de las prescripciones.
  10.  Asegúrese de que tiene una manera segura y eficaz de que la comunicación sobre cambio o nuevas medicaciones fluya entre la atención primaria y secundaria.

viernes, 5 de agosto de 2011

Las otras cosas del PAC

La imagen es de aquí


Acabo de leer en "El supositorio" la entrada de Vicente Baos titulada ¿Es razonable? quejándose, éso sí sobriamente, sobre los motivos de consulta urgentes que atiende en su consulta. He leído también los comentarios y señalo entre ellos
el post publicado recientemente en otro blog sobre el mismo tema, escrito en un
tono más irónico. Todo ello me ha hecho recordar un texto que escribí hace ya meses sobre este asunto y que, finalmente, decidimos no publicar por entender que podía resultar un tanto ¿agrio?...En realidad, está escrito desde el humor y creo que contiene también una parte de crítica hacia nosotros y que tendremos que trabajar también en este aspecto para mejorarlo. Ahí os va...

Enfado: Impresión desagradable y molesta que hacen en el ánimo algunas cosas. Lo he mirado en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, no vaya a ser que tuviera otro significado. Pues sí, eso es justamente lo que me pasa a veces con algunos motivos de consulta. Y la verdad, no es que me sienta especialmente orgullosa de ello, ni tampoco creo ser demasiado original…Y servir, lo que se dice servir, pues no sirve para nada; al contrario entorpece, pero…A ver, ¿quién no se pone un poco atacado cuando trabajando en un servicio de urgencias (extrahospitalaria, pero urgencias) ve a pacientes (¡muchos!) con quejas de días (¡muchos!) de evolución, a unas horas, a veces(¡muchas!), absolutamente intempestivas? O, ¿quién no se pone pelín irascible cuando reclaman su atención por auténticas banalidades, del tipo de: “se ha caído en el parque y dice que le duele el pie” y vas y miras a la criatura y corretea por la sala que da gusto y se sube a la camilla de un salto y…? Entonces, le preguntas intentando mantener la calma aquello de: ¿cuándo le ha pasado? y te contesta: “nada, ahora mismo, hemos venido en directo por si acaso…” Y qué no decir del que viene presuroso, superpreocupado, porque le ha salido un bulto en el brazo o en la cara o en cualquier otro sitio y cuando vas a explorar el desaguisado, resulta que es ¡un grano!; y es que claro, no me tengo que enfadar y, además, lo tengo que codificar y…por favor, ¿no hay nadie que me pueda dar el código del “grano”? Sí, del grano vulgar, el de toda la vida, el que te suele fastidiar la foto de turno, en fin, el que se acaba rompiendo solito y desaparece… vaya, ¡un grano! ¿O es que soy la única persona que ha tenido uno o varios granos a lo largo de su historia y no ha consultado nunca por ello, eh? Otros que también me encantan son algunos deportistas: sí, sí, como suena…Es que, claro, a veces se tuercen un tobillo, o les da un tirón, o tienen anginas como cualquier otra persona humana y servidora pues, a veces, les aconseja además de otras cosillas que hagan un poco de reposo; vaya, que si se les ha torcido el tobillo y lo tienen un poco inflamado y les duele, pues eso, que paren unos días y esas cosas…si tienen fiebre, porque están con anginas por ejemplo, pues, hombre, parece razonable que no vayan al gimnasio y…¡es que les entra una desolación! Te suelen pedir que les des algo fuerte, algo que les cure ¡YA ! Eso, en el mejor de los casos porque no es raro que coincidan con el subgrupo de pacientes que “no son partidarios de tomar nada”, ni para el dolor, ni para la fiebre, y los antibióticos: ¡eso, es ya el horror de los horrores! Solo tengo la opción de realizar una imposición de manos si quiero solucionar tajantemente el problema, porque, claro, si les canto aquello del “cura, sana, culito de rana…” mucho me temo que les va a parecer mal…Vamos, que me quedo sin arsenal terapéutico. He de reconocer que también me enfado (¡ya lo he dicho!) con los que después de haberles atendido y sugerirles que si no mejoran en unos días (habitualmente suelen ser cosas leves) con el tratamiento o si empeoran, pidan cita con su cabecera y va y te dicen: “no, si tengo la cita ya cogida para mañana, era por ir adelantando”. ¡Glup! No sé ni qué decir, es lo que hay. Pero puede ser aún peor, sí , sí: resulta que a veces les ha visto su cabecera o su pediatra esa misma mañana y VUELVEN, vuelven ya, sin haber empeorado ni nada, es que están exactamente igual…Otro formato de consulta que me encanta es la “grupal”; suele ser frecuente en mañanas o tardes, al caer la noche, domingueras. Tengo que decir que es mi hora preferida: nada mejor que un domingo al atardecer, después de llevar todo el día viendo pacientes, para rematar la faena con una visita grupal como si el ambulatorio fuera un parque temático. Suelen ser padre y madre acompañados de dos, si hay suerte, o tres, si no la hay, preciosos niños de saludable aspecto. Casi siempre uno de ellos tiene mocos y tos, lleva así unos días y…mientras miras a la criatura el resto pulula por la consulta, toquiteándolo todo, mientras uno de los padres le amenaza inútilmente con que si no se porta bien, “la señora” (o sea, yo) se va a enfadar: pero, ¡si ya estoy enfadada, guapo! me dan ganas de decirle a la inofensiva personita. Cuando ya has acabado con el primero, la madre te dice con cara de circunstancias que el otro está igual, igual, oye, pero además tiene unas décimas. Vuelta a empezar y cuando ya crees que has terminado, el padre o la madre, tose y va y te dice que qué tal si le miras, que le parece que se lo han pegado…
En fin, estas son también las “Cosas del PAC”, para las que no encuentro demasiadas respuestas. Tal vez tendré que reformular las preguntas, hacérmelas a mí misma y reconducir la búsqueda mirándome para adentro…Os prometo que si encuentro las respuestas, os las haré llegar.

martes, 2 de agosto de 2011

Sialolitiasis


Es curioso, pero a veces suele pasar que determinadas patologías, que aún siendo comunes no son "de todos los días", se presentan por rachas, ¿no os ha pasado nunca? Esto es lo que me ha sucedido en las últimas guardias con los llamados cólicos salivales, las sialolitiasis. Hacía tiempo que no veía ninguna y en los últimos días he visto 3 o 4 episodios, una en edad pediátrica; y no, no eran paperas...Así que las he repasado un poco, nada destacable, pero os lo resumo y así os sirve para recordar esta entidad.

Sialolitiasis

Son más frecuentes en el adulto y más en los varones entre 30-60 años. Son también más frecuentes en la glándula submandibular porque el conducto es más largo y el flujo de saliva más lento (pues yo casi siempre las he visto en la parótida...¿vosotros?), siendo la mayoría de las veces unilaterales y estando los cálculos alojados en el conducto.
Las piedras están compuestas por fosfato de calcio y cristales de hidroxiapatita y su formación parece que puede estar favorecida por los traumatismos, la sialoadenitis, la deshidratación y el uso de fármacos anticolinérgicos, aunque la etiología con certeza es desconocida.
La clínica es dolor e inflamación en la glándula afectada y en su conducto que suele aparecer con la ingesta de alimentos o justo antes de comer. El proceso suele durar unos pocos días, aunque pueden aparecer episodios de forma recurrente. La complicación más frecuente es la infección de la glándula, esto es, la sialoadenitis. En cuanto al tratamiento suele estar indicada la administración de calor local, la toma de sustancias sialogogas (por ejemplo el limón) y el control del dolor con analgésicos o AINES durante unos días. Si se presentan signos de infección, está indicada la administración de antibióticos. Los casos de larga duración y los casos de recurrencia frecuente deben ser remitidos al especialista para su valoración y tratamiento adecuado.


Bibliografía
Salivary gland stones (mayo 2011). En UpToDate.
Patología de las glándulas salivales 2009. Guías de práctica clínica en Fisterrae.