martes, 1 de septiembre de 2009

Heridas por mordedura

El tratamiento de las heridas producidas por mordeduras de mamíferos, fundamentalmente por perros, suscita dudas que procuraremos esclarecer mediante esta entrada.

La incidencia de las mordeduras caninas varía mucho según los diferentes estudios, se estima que es mucho más alta que le declarada. Las muertes ocasionadas por estas lesiones no son, afortunadamente, frecuentes pero suponen un impacto social importante por afectar principalmente a los niños.Son ellos también, los niños, las víctimas más numerosas presentando lesiones en la cabeza, el cuello y la cara con mayor frecuencia. En los adultos, las regiones anatómicas más afectadas son la extremidades superiores e inferiores.

Examen y limpieza de la herida

Se debe examinar cuidadosamente la herida con el fin de descartar la existencia de lesiones en estructuras profundas o de cuerpos extraños. La herida se debe limpiar utilizando irrigaciones de suero salino fisiológico. El uso de desinfectantes (clorhexidina, povidona iodada) debe reservarse para los bordes de la herida.El cepillado de las lesiones (previa anestesia local) es especialmente útil si han transcurrido más de 4 horas desde el accidente para evitar la infección.Si es preciso, se procederá al desbridamiento de los tejidos necróticos.

Sutura

Clásicamente las heridas por mordedura no se suturaban por el temor a que se infectaran. Sin embargo, las localizadas en cabeza y cara suponen un problema estético importante y además presentan un bajo riesgo de infección por lo que pueden suturarse si son atendidas en las primeras 24 horas y no presentan signos de infección.

Por el contrario, las localizadas en manos y pies presentan un índice alto de complicaciones por afectación de estructuras profundas y por infecciones y no deben ser suturadas.

La mayor parte de las heridas en otras localizaciones, poco profundas y sin signos de infección podrían ser suturadas en las primeras 12 horas. Si existen dudas, se puede plantear vigilancia con cierre diferido mediante sutura diferida o cierre por segunda intención.

Las heridas ocasionadas por gatos o por mordedura de humanos no deben ser suturadas.

Tampoco se deben suturar en aquellos pacientes con inmunosupresión, diabetes, en aquellos con estasis venoso o asplénicos.

Antibioterapia profiláctica

Los antibióticos administrados de forma profiláctica, disminuyen la infección en las heridas por mordedura de perro en las manos y en las mordeduras humanas. No han demostrado su eficacia en el resto de los casos.

Se aconseja tratamiento antibiótico en heridas profundas en manos y pies, así como en las que presentan signos de infección, heridas de aspecto sucio y en pacientes con inmunodepresión.

Tanto en la profilaxis como en el tratamiento de la infección, se puede administrar amoxicilina clavulánico. Otras opciones son levofloxacino, clindamicina o eritromicina más metronidazol.

Profilaxis antitetánica

Se procederá igual que en las heridas de otra naturaleza (ver la actualización sobre este tema publicada por el Ministerio de Sanidad).

Rabia

En el País Vasco no ha habido casos de rabia desde hace varias décadas, según hemos podido leer en el Boletín Epidemiológico de la Comunidad Autónoma del País Vasco en el que hacen referencia a este asunto. No obstante, dada la gravedad de este proceso es necesario dar parte a la autoridad competente (ayuntamiento) cuando se tiene constancia de una agresión a fin de que el animal permanezca bajo vigilancia veterinaria durante catorce días y actuar en consecuencia.

Bibliografía
No coser en caso de mordedura. AMF 2007.
Profilaxis antibiótica para las mordeduras de mamíferos. La Biblioteca Cochrane Plus 2008.
Infecciones por mordeduras y heridas punzantes. Asociación Española de Pediatría. Protocolos actualizados al año 2008.
Aspectos epidemiológicos de las mordeduras caninas. Gaceta Sanitaria 2005.
Prevention and Treatment of Dog Bites. American Family Physician 2001.
Initial management of animal and human bites. Disponible en UpToDate.
Vigilancia de perros agresores. Boletín Epidemiológico de la Comunidad Autónoma del País Vasco 2005.

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