martes, 27 de octubre de 2009

Rotura del tendón de Aquiles

Caso clínico
Varón de 36 años de edad (que no era el de la foto), sin antecedentes de interés, que acude al PAC por presentar dolor brusco en cara posterior de tobillo izquierdo mientras jugaba al padel, "como si le hubieran dado una patada".

Exploración

Impotencia funcional con deambulación muy limitada. Dolor severo a la palpación del extremo proximal del tendón de Aquiles. No deformidad aparente. Flexión plantar abolida.

Juicio clínico

Probable ruptura del tendón de Aquiles.

Actitud

Se deriva al paciente al hospital de referencia para confirmación diagnóstica y tratamiento.

Valoración en el hospital de referencia

Exploración

Idéntica a la anterior. Signo de Thompson +.

Ecografía

Rotura miotendinosa del tríceps sural.

Tratamiento

Se coloca yeso cerrado con pie en equino. Deambulación sin apoyo durante 5 semanas. Rodilla en flexión de forma permanente. Analgesia habitual. Se le proporciona cita con traumatología en 5 semanas.


Rotura del tendón de Aquiles

El caso clínico expuesto nos sirve para hablar sobre las roturas del tendón de Aquiles. Se trata de una entidad no demasiado frecuente y que puede ser confundida con otras lesiones localizadas en regiones anatómicas vecinas, como los esguinces de tobillo o las roturas fibrilares, mucho más habituales en nuestra práctica clínica. Por ello, para su diagnóstico, es necesario mantener un alto índice de sospecha y realizar una buena exploración física.

La rotura del tendón ocurre casi siempre durante la práctica de deporte y la clínica más frecuente es el dolor en la cara posterior del tobillo que puede ser muy intenso, aunque su ausencia no descarta la lesión; el paciente puede haber notado chasquido.

La exploración debe realizarse en decúbito prono e incluye la palpación del tendón a la búsqueda de puntos dolorosos o discontinuidad; el edema o el hematoma pueden dificultar estos hallazgos. La flexión plantar del pie afectado puede estar disminuída o abolida pero, en ocasiones, se mantiene al utilizar la musculatura accesoria. La marcha en puntillas, resulta por tanto muchas veces imposible o dificultosa.La prueba de Thompson tiene una sensibilidad y especificidad alta para detectar las roturas totales: con el paciente en decúbito prono y con los pies colgando de la camilla se aprieta la pantorrilla, si NO se produce una flexión plantar es positiva e indica rotura total del tendón.

Otra prueba de utilidad, aunque con menor especificidad y sensibilidad que la anterior, es la de Matles: con el paciente en decúbito prono y con las rodillas flexionadas a 90º se observa la actitud del pie afectado comparándolo con el sano; si presenta neutralidad o flexión dorsal se considera positiva e indica rotura del tendón.

Si bien muchas de la roturas totales o parciales pueden diagnosticarse en base a la exploración física, la prueba de imagen de elección es la resonancia magnética.

En cuanto al tratamiento, en las roturas parciales no está claro si la cirugía arroja mejores resultados que el tratamiento conservador, las dos opciones deben ser valoradas. En la roturas totales la reparación quirúrgica suele ser lo más habitual, bien sea a través de cirugía abierta o mediante técnicas percutáneas.



Bibliografía

Achilles tendinopaty and tendon rupture. Disponible en UpToDate.




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