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El asunto está revuelto…Un cambio sucede a otro cuando todavía no hemos
comprendido bien el primero. Algo falla cuando no entendemos las razones de las
cosas que nos tocan de cerca: ¿será que no se emplean los términos adecuados en
el discurso?, ¿será, como pasa con los discursos políticos, que nos resultan
siempre, o casi, iguales? Porque, a ver, ¿quién puede estar en desacuerdo con
que el paciente sea el centro del sistema, con que se pretendan crear modelos
que acerquen la asistencia sanitaria al usuario, incrementen la eficiencia,
mejoren la comunicación interna y externa y…? Lo cierto es que compartiendo
muchas de estas opciones, el escepticismo, siendo fina, campea en gran parte de los profesionales que
trabajan en Atención Primaria; ignoro qué pensarán los compañeros/as de la llamada
especializada.
No hace un año todavía
desde que la Comarca pasó a OSI, macroOSI en nuestro caso. Eran muchos los
temores y las reticencias de los trabajadores, pasábamos de una estructura con sus luces y sus sombras pero conocida por
todos a otra mucho mayor. Algunos pensábamos que las experiencias previas de
organizaciones bajo el mismo modelo pero de dimensiones mucho más reducidas no
eran extrapolables a nuestro caso. Desde las jefaturas nos animaban a un cambio
en el que la Primaria se vería fortalecida, una oportunidad de mejorar nuestra
labor orientada siempre a una mejor atención a nuestros pacientes, una mayor
comunicación con los compañeros de la especializada, un codo a codo a todas
luces necesario para tratar a nuestros pacientes de forma realmente integrada…
Algunos
también nos preguntábamos si era necesario un cambio de esta magnitud para conseguir
estos objetivos: ¿es necesario algo más que el sentido común y las ganas y el
esfuerzo y el trabajo y el compromiso de todos los interesados para sentarnos,
hablar, elaborar y establecer rutas de los distintos procesos de enfermar a la luz de las mejor evidencia disponible que
permitan una atención de calidad de nuestros pacientes? Y que además sean razonablemente
ágiles, lo menos incómodos posibles para el paciente, lo más cercanos a su
entorno y, por supuesto, coste efectivos…No sé si la macroOSI en su corta
andadura ha significado un cambio de calado en la tarea y en la satisfacción de
sus actores; pertenezcan a uno u otro estamento, sean profesionales de Atención
Primaria o de la especializada. Y los pacientes, ¿qué opinan? Tal vez sea demasiado pronto para analizar los
resultados; yo, soy médica del PAC y ya se sabe que somos un mundo aparte…
El caso es que rondando la primavera, a escasos seis meses
de echar andar el proyecto osificador, surgen rumores de que la OSI se va a
transformar en microOSIS, o sea, oseznos, término acuñado por un buen amigo en
un alarde de ingenio y buen humor. Los oseznos parece que serán cuatro: una
hermosa camada de ositos pequeñitos que perseguirán fines parecidos a la madre
osa. Amparados por las mismas buenas intenciones irán creciendo poco a poco,
nos prometen las mismas bondades y…nos desconciertan: ¿era necesario hacer una
macroOSI y dividirla luego en oseznos para hacer las cosas mejor…? Comprendan
ustedes, que es lógico que estemos sorprendidos, preocupados; comprendan que
estamos cansados de discursos que tienen mucho de político y poco de práctico,
que hablan de lo macro y se olvidan de lo micro; comprendan que no es raro que desconfiemos de
las razones que se argumentan.
Comprendan ustedes que subyace la idea de que la
madre osa es enorme, difícil de dirigir aunque le coloquen un aro en su nariz y
que los oseznos, más amigables, tal vez faciliten la tarea…Es solo una
hipótesis y si fuera cierta, no pasaría nada por reconocer que algo de esto
ocurre; al menos no pasaría nada malo, más bien al contrario, sería bueno
porque la transparencia siempre ayuda a que nos entendamos.
Así que en tiempos de desánimo, sentémonos a hablar,
utilicemos todos un lenguaje común, seamos todos francos, claros y meridianos y, si es preciso, criemos entre todos al osezno, hagamos lo que hay que hacer
entre todos y dejemos de hacer lo que no tenemos que hacer, si no es así crecerá
endeble, hambriento y, enfadado, afilará las uñas de
sus garras y nos dañará a todos…
Me remito al post que escribí a finales de 2014, creo que no
tengo nada más que decir…
Por si alguien lo duda, diré que la coautora del blog comparte al 100% la entrada. Hace poco escuche una frase que define bien lo que siento respecto a los cambios en nuestar organización: "el pesimismo de la inteligencia (y de la experiencia, agrego yo) y el optimismo de la voluntad". Lo que no estoy muy segura es si mi voluntad es hacer lo que nos dicen que hagamos...
ResponderEliminarGracias Marilis por escribir esta entrada tan necesaria y tan llena de sentido común.
ResponderEliminarLa preocupaciones que describes creo que son bastante reales. Creo que ya es inexcusable que se recojan las actitudes y percepciones de los profesionales ante estos cambios.
La variedad de OSIs y sus diferentes trayectorias proporcionarían un material muy interesante para el que quiera investigarlo