Pero como la alegría dura poco en casa del pobre, me he puesto a pensar que es sabido que ver efectos adversos en ensayos clínicos es dificil porque hay poca muestra y que la agranulocitosis, principal preocupación, no es moco de pavo. He mirado en Micromedex y he leído esto:
La agranulocitosis se ha producido con relativa frecuencia durante la administración de dipirona, y ha sido mortal. La agranulocitosis relacionada con fármacos se asoció con más frecuencia con dipirona durante un período de 20 años en los Países Bajos. El inicio de la agranulocitosis es impredecible, y los casos fatales han ocurrido después del uso a corto plazo o intermitente así como después de la administración a largo plazo; se especula con un mecanismo de hipersensibilidad.
La incidencia de la agranulocitosis inducida por dipirona ha variado geográficamente (por ejemplo, alta incidencia en Barcelona y Berlín, baja incidencia en Budapest, Israel y Sofía (Anon, 1986; Arellano y Sacristán, 1990; Anon, 1973; Vlahov y Bacracheva, 1989; ) Y de estudio a estudio. Las diferencias regionales están muy probablemente relacionadas con la disponibilidad y los patrones de uso en varios países. Las estimaciones de la incidencia general han oscilado entre 1,1 por millón (durante la primera semana de administración) a un caso por cada 3000 usuarios. Los cálculos basados en los datos disponibles han sugerido que el uso de dipirona está asociado con al menos 7000 casos por año de agranulocitosis en todo el mundo.
Para acabar con esta informal revisión del tema tengo que decir que parece también que el riesgo de sangrado digestivo está algo aumentando con su uso, pero sin llegar al nivel de los AINEs. Hay varios artículos que lo reflejan, como ejemplo este.
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