La imagen es de aquí |
Venía muy asustada porque sangraba de uno de sus oídos, no había tenido pérdida de conciencia y presentaba dolor en la zona del impacto.
A la exploración destacaba una otorragia abundante, todo el conducto auditivo estaba lleno de sangre, y un hematoma en la región parietotemporal del mismo lado; los pares craneales eran normales, así como el resto de la exploración neurológica y general. Las constantes eran normales con buenas cifras tensionales, buena frecuencia cardíaca y respiratoria y saturación de O2 del 100%.
Sujetamos su cuello, canalizamos una vía con suero fisiológico, la abrigamos bien y hablamos con coordinación para proceder a su traslado. Ayudamos al soporte sanitarizado en el proceso de inmovilización correcta de la paciente previo a su traslado.
En el hospital se realizó TAC craneal que constató la existencia de una fractura longitudinal del peñasco sin otras lesiones añadidas y quedó ingresada a cargo de ORL hasta su alta en unos pocos días y posteriores controles por el mismo servicio con buena evolución clínica.
Buena ocasión para repasar las fracturas de la base del cráneo y, entre ellas, las del peñasco porque no es, afortunadamente, muy habitual que lleguen traumatismos de este tipo a un centro de salud; encontré este trabajo que os resumo junto a algunos apuntes del capítulo de UpToDate Skull Fractures in adults.
Fracturas de la base del cráneo
- Las fracturas de la base del cráneo interesan al menos a uno de estos huesos: placa cribiforme del etmoides, placa orbital del frontal, porción petrosa (peñasco) y escamosa del temporal, esfenoides y occipital.
- Las fracturas de la base del cráneo se producen con mayor frecuencia a través del hueso temporal y tienen un alto riesgo de hematomas extraaxiales, sobre todo epidurales.
- Las fracturas de la base del cráneo pueden ocasionar una ruptura dural, dando lugar a la aparición de fístulas entre el espacio subaracnoideo y los senos paranasales o el oído medio (rinorrea u otorrea de LCR).
- Pueden ocasionar lesiones de pares craneales (III, IV, VI, VII y VIII).
- Signos clínicos que nos pueden hacer pensar en una fractura de base de cráneo son: equímosis retroauricular (signos de Battle), equímosis periorbital (ojos de mapache), estos dos signos aparecen a los 2-3 días tras la lesión; rinorrea u otorrea clara, hemotímpano u otorragia
- Lógicamente, la sospecha de una fractura de base de cráneo requiere una derivación pronta al hospital, previa estabilización e inmovilización del paciente.
- Longitudinales: son las más frecuentes (85%), se asocian a traumatismos témporoparietales. El hemotímpano o la otorragia es frecuente por rotura del tímpano, así como la hipoacusia de conducción y con menos frecuencia la parálisis facial o las fístulas con licuorraquia.
- Transversales: asociadas a traumatismos occipitales. No hay desgarro del tímpano pero es frecuente el hemotímpano, afectan al oído interno ocasionando cofosis neurosensorial y vértigo por afectación del VIII par, así como parálisis facial en 50% y licuorrea.
- Mixtas: fracturas con múltiples trayectos y con signos clínicos de las dos anteriores.
- El diagnóstico se realiza mediante TAC craneal.
- El abordaje de estos pacientes requiere con frecuencia una actuación multidisciplinar.
- Complicaciones: hemorragia intracraneal, sordera, parálisis facial, afectación del VIII par, fístulas de LCR, colesteatoma, compromiso del canal carotídeo.
- El pronóstico general viene mediatizado en primer lugar por la asociación o no a lesiones que comprometan la vida del paciente.
- En general, las fracturas de peñasco aisladas y sin complicaciones, presentan una buena evolución clínica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario