martes, 23 de febrero de 2010

Oxigenoterapia

Son muchos los pacientes que atendemos en nuestros servicios que precisan la administración de oxígeno a fin de mantener saturaciones "seguras", en general por encima del 90%.
Son también varios los "artilugios" que disponemos para conseguir este objetivo y, tal vez, nos surgen algunos problemas a la hora de decidirnos por uno u otro.
En general, los podemos clasificar en sistemas de bajo y alto flujo.

Sistemas de bajo flujo

Con ellos no podemos conocer la verdadera concentración de oxígeno inspirado por el paciente (FiO2), porque ésta depende no sólo de la cantidad suministrada de oxígeno, sino que también lo hace del volumen corriente y de la frecuencia respiratoria del paciente, es decir de su patrón ventilatorio. Por ello, no son adecuados para aquellos pacientes que precisen la administración de O2 a una FiO2 precisa, como los pacientes con EPOC que presentan hipoxemia e hipecapnia.

1-Gafas nasales: son baratas y cómodas. Permiten al paciente hablar, expectorar y comer sin interrumpir el aporte de oxígeno. No deben administrarse a más de 4-5 litros por minuto porque no mejoran la FiO2 (teórica 24-35%) y pueden irritar la mucosa nasal.


2-Mascarilla con reservorio: es un sistema también de bajo flujo pero de alta capacidad. Se pueden conseguir FiO2 muy altas, cercanas al 90%. Se deben marcar flujos altos en el caudalímetro, en torno a los 10 litros por minuto. Se utilizan fundamentalmente en pacientes con insuficiencia respiratoria severa y en la intoxicación por monóxido de carbono.



Sistemas de alto flujo

Permiten la administración de oxígeno con FiO2 más precisa, independientemente del patrón ventilatorio del paciente. Por ello, son las indicadas en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda que requieren mejorar su oxigenación de forma rápida y segura; incluye a pacientes con hipoxemia e hipercapnia en los que la administración de oxígeno debe ajustarse para evitar la abolición del estímulo ventilatorio debido a la hipoxemia.

Mascarilla tipo Venturi (ventimask): nosotros fijamos la FiO2 que consideramos oportuna (desde 24-50%) y ajustamos desde el caudalímetro los litros por minuto necesarios para conseguirla (¡hacerse una "chuleta" y tenerla a mano!). En cuanto a la FiO2 que debemos elegir, depende del estado del paciente y la iremos modificando según la respuesta y los cambios en el pulsioxímetro.




Otra mascarilla

Mascarilla de nebulización: ¡Ojo! Sirve justamente para éso: para nebulizar. No se puede ni se debe utilizar para la administración de oxígeno. Si necesitamos administrar oxígeno después de una nebulización, debemos cambiarla por una de las otras opciones.



Bibliografía
Oxigenoterapia en Urgencias. Enferurg.com
Oxigenoterapia: administración en situaciones de hipoxia aguda. Técnicas en Atención Primaria. Fisterra.
Oxigenoterapia. Guías para manejo de urgencias.

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