Hemos encontrado varios trabajos, además del capítulo correspondiente en UpToDate, que abordan este tema y todos coinciden en señalar que la extracción mediante endoscopia es el método más seguro y eficaz.
En cuanto al uso de bebidas gaseosas, aunque parece que puede resultar útil, no existen estudios de calidad que lo apoyen y no está exento de riesgos como la perforación esofágica.
En un trabajo sobre esta materia en el que abordan las distintas posibilidades de tratamiento, en cuanto al glucagón explican que actúa mediante la relajación del músculo liso esofágico y del esfinter esofágico inferior, pudiendo facilitar la extracción endoscópica o su progresión. Por otra parte, su uso puede ocasionar perforación y riesgo de aspiración.
Finalmente en otro trabajo que valora el uso del glucagón, señalan que los ensayos aleatorizados y doble ciego encontrados son pequeños, con pocos pacientes (el mayor de ellos incluía sólo 43 pacientes y además usaba concomitantemente benzodiacepinas) y los resultados carecen de significación estadística. Además, añaden que el glucagón es un producto caro y su uso en estas circustancias no está exento de riesgos, como las náuseas, vómitos y posterior aspiración o perforación esofágica. Por todo ello, concluyen que no debe ser utilizado como agente de primera línea para estas situaciones.
En fin, curiosidad saciada...
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