viernes, 11 de julio de 2014

Positivo

Dos pequeñas rayas bien trazadas, paralelas…simulan un camino, que yo sé, falsamente recto. Porque habrá curvas, será sinuoso, con subidas y bajadas, con parajes  hermosos, con piedras, con flores, con risas de colores, con sal en los ojos, con incertidumbres, con mucha muchísima ternura…El test es positivo: en el silencio de su vientre oscuro y cálido, ahora liso, plano, aterciopelado, palpita la vida, como un milagro…Y su cuerpo adquirirá una redondez distinta a cualquier otra, y se acariciará el vientre con la mano sin darse cuenta, distraídamente, y será como acariciar el universo. Dentro de unos meses notará cómo se agita; al principio será solo un temblor leve, como un batir de alas silencioso. En el silencio de la noche esperará su saludo, sus dedos buscarán el lugar preciso como si quisiera asir la mano diminuta que allí se agita. Y pondrá rostro al futuro. Imagina cómo serán sus ojos, deseará que sus labios sean risueños y su frente clara; tendrá la piel muy fina, pura seda…Buscará un nombre para su tesoro, deberá ser un nombre hermoso, no es fácil; elabora listas que retoca una y mil veces, es una decisión bien importante. Porque él o ella será único o única y cuando pronuncie su nombre será un homenaje…Y cuando nazca el mundo será distinto, puede que lo miré con sus mismos ojos pero nada será igual a ayer. ¡Sentirá tantas cosas a las que no logrará poner nombre! Puede que llore a veces sin adivinar el motivo, sin comprender por qué lo hace a pesar de saberse feliz. Se le cuajarán los ojos de lágrimas solo con mirar esa carita, ese pequeño cuerpo perfecto que se agita y que  aun siendo lo más suyo que ha tenido nunca, sabe que es solo de él, que solo a sí mismo se pertenece. Querrá hacerlo todo bien, ahora y siempre; querrá darle todo lo que necesita, ahora y siempre…A veces alcanza a comprender que no  podrá, y no deberá, protegerlo del frío y de la vida, pero ahora ¡es tan frágil! Y descubrirá un temor, un miedo distinto a ningún otro: ¡que no sufra, por dios, que no sufra! Y sin embargo, la vida, generosa, le brindará sonrisas y lágrimas a partes iguales y nadie, ni tan siquiera ella, tendrá el derecho de arrebatárselas…

Me gustaría decirles muchas cosas, a ella que me mira con sorpresa y a él que acaricia su hombro sin decir palabra. Sonrío cuando asiento con la cabeza y confirmo su embarazo, sus miradas brillan al recibir la noticia: ¡es una buena noticia! Y no digo más porque no hacen falta más palabras y porque es preferible que sean ellos quienes den forma al camino y descubran las flores y las espinas que bordean el sendero.


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