viernes, 6 de mayo de 2016

Maleducada

La imagen es de aquí
En ocasiones las mayores dificultades en nuestro trabajo no son los aspectos clínicos, sino los relacionales. Cuando esto sucede, a toro pasado y sin que me quite el sueño, suelo repasar mentalmente lo sucedido, tratando de analizar la situación y con el objeto de mejorar aquellos aspectos en los que he fallado que casi siempre son muy numerosos. Sin embargo a veces, las menos,  por mucho que mire y remire no encuentro razones y me declaro "inocente"; entonces solo queda pasar página. Y esto es lo que hice, supongo que os habrá pasado en más de una ocasión...

Me hubiera encantado ponerte un video que recogiera tu expresión y tus palabras pero,  claro, es imposible; tal vez te sintieras avergonzada, aunque lo dudo…
Te fuiste sin tan siquiera decir adiós, sin un gesto amable,  haciendo derroche de una altanería que hace daño. Y de gratis. No sé si  repetirás parecidas actuaciones a diario, si te mostrarás igual de altanera ante la ventanilla de un banco o frente al mostrador de la panadería a la que acudes a diario. Vete a saber.
La cosa empezó torcida desde el minuto uno: nada más traspasar la puerta de la consulta, desenvainaste tu afilada espada que hacía juego con tu acerada mirada. Cada una de tus palabras era un juicio, en cada sílaba iba implícito un reproche. Ni tu cuidado aspecto, ni tu buen porte, ni la precisión de tu lenguaje maquillaban un ápice tu desagradable forma de comportarte, qué derroche…Ya se sabe: a veces nada es lo que parece. Y eso que no eras tú la afectada por el dolor; podría pensarse que eran los nervios los que te jugaban una mala pasada, pero no lo creo. Ni la rápida respuesta, ni el acertado tratamiento que alivió (afortunadamente…) con prontitud el malestar del paciente (esto es lo importante), ni las explicaciones pertinentes previas al alta, fueron capaces de hacerte suavizar el gesto. Simplemente no te dio la real gana de apearte del burro en el que voluntariamente venías montada. Aguantamos el tipo sin una mala cara porque no merece la pena enfangarse en un cruce de reproches, eso te lo dejo a ti que eres, al parecer, una experta. Pero yo  tranquilita, nuestra parte estuvo bien hecha, allá tú con tu arrogancia.

Afortunadamente, me pisan el cuello pocas veces, y lo que importa es que quien viene solicitando ayuda la encuentre; lo demás, pelillos a la mar. Me sobran pacientes y acompañantes educados, gente normal, que saluda con amabilidad y agradece nuestro trabajo aunque no haga falta, me regalan sonrisas y a veces lágrimas. Creo que solo eres  una maleducada integral, ya no me acuerdo ni de tu cara. Un alivio.

7 comentarios:

  1. Estoy por tratar un tema similar a este...el 15% de las consultas médicas (tanto en consulta como en urgencias) son de pacientes que en algunos estudios denominan "conductas problemáticas".

    Saludos. Me he identificados bastante. Con tu permiso lo comparto en facebook.

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    1. ¡Se pasa mal rato! ¿Verdad? Gracias por tu comentario y un saludo.

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  2. Me gusta cómo te expresas y escribes y comparto tu sentir, sobre todo cuando dices que hay muchos que agradecen nuestro trabajo y ¡ lástima! algún que otro perdonavidas

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  3. Mª Isabel Gutierrez nos ha hecho llegar este comentario:
    A TODAS HORAS EN TODAS PARTES ESTAN OCURRIENDO EPISODIOS COMO ESE , POR SI TE CONSUELA. LO IMPORTANTE ES QUE NO TE PUSISTE A DISCUTIR, QUE ESO SIEMPRE DA DOLOR DE CABEZA Y ESTOMAGO PARA TODA LA GUARDIA

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  4. Esto que comentas,ya me ha pasado, y creo me pasará.Hay personas que necesitan hacernos "pagar" algo, que ni sabemos cuándo, dónde, ni qué ni cómo sucedió.En ese momento es como si fuéramos un muro de frontón.Quizas esa sea en ese tipo de personas, nuestra forma de cuidar.Abrazos

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  5. Comparto tu sentir, hoy en día cada vez es más común enfrentarnos con este tipo de personas, tal vez es gente infeliz, que está peleada con la vida...creo que lo importante es no dejarnos contaminar por esa energía negativa...en tu caso lo hiciste muy bien, no dejaste que te afectara y eso es lo importante, habla de una excelente inteligencia emocional.

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