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En mi
última guardia de PAC, compartida con una residente que a punto está de terminar su andadura como
tal, tuvimos la posibilidad de hacer un repaso por varias de las disciplinas
que abarca esta nuestra especialidad, y así vimos una sospecha de cuerpo
extraño en faringe, una posible sordera
súbita en un varón joven, una cefalea de reciente comienzo en una paciente de
77 años con inestabilidad y vómitos, una sospecha de pielonefritis aguda que a pesar de
tratamiento antibiótico seguía con fiebre, y el caso “estrella” motivo de esta aportación
en el blog. Se trataba de un varón joven sin AP de interés, con un cuadro de
palpitaciones de repetición ya valorado por cardiología con estudio Holter
hecho y pendiente de nueva consulta en unos días, que acudía por un episodio de
taquicardia de 15-20 minutos de evolución que había aparecido de repente y en
reposo, como siempre, sin dolor torácico ni mareo ni disnea acompañantes.
Cuando
llegó a nuestro servicio estaba tranquilo, eupnéico, estable hemodinámicamente
con PA 120/84 mmHg, una FC de 145 lpm y una Sat O2 100%. La AC era rítmica sin
soplos y en la AP no había ruidos sobreañadidos.
Realizamos
un ECG que mostraba una taquicardia rítmica, de QRS estrecho y en la que no
veíamos ondas P; lo interpretamos como una TPSV, que era lo que el paciente
había tenido en otras ocasiones, y pensamos que debíamos intentar frenarla y/o
conseguir que revirtiera a RS. El paciente nos decía que habitualmente con
lorazepan sublingual se le pasaba…
Yo,
normalmente, las taquicardias/palpitaciones que suelo ver en el PAC son
taquicardias sinusales generalmente por estrés, alguna por hipertiroidismo o extrasístoles aisladas que luego son
seguidas por el MAP y que no precisan de mi actuación más allá que
tranquilizarles y/o administrar un ansiolítico.
Pero ésta
era diferente, pensamos en qué hacer y recordamos las maniobras vagales
indicadas en estos casos previas a tratamiento farmacológico con Adenosina ® y recordé las entradas (1 y 2) de Marilis en
el blog sobre el uso de una jeringuilla vacía… le hicimos soplar con fuerza
para mover el émbolo de la jeringuilla ( os diré que le dimos una de 20ml y no
de 10ml) y en unos segundos la taquicardia cesó y el ritmo pasó a ser un RS a
85-90 lpm. El paciente nos miraba extrañado y perplejo y no soltaba la
jeringuilla de la mano y nos decía “yo me la llevo a casa por si me pasa otra
vez”.
Tras un
rato en observación se fue a su casa en ritmo sinusal y con “el arma salvadora”
en la mano; es una pena que no os pueda mostrar el registro
electrocardiográfico pero este fin de semana no pudimos registrar y transferir
los ECG por la sospecha de ciberataque que nos dejó sin acceso a internet.
No quiero
terminar esta breve redacción sin aprovechar para despedirme de los residentes
que me acompañan en mi andadura de “guardiana de PAC”, de los que vienen a mi
centro de trabajo y de todos los que pasan por otros PAC: son un estímulo, cada
día aprendo algo nuevo con ellos/as, hacen mi trabajo más agradable…en fin, que
son un disfrute y que les deseo mucha suerte en su nueva etapa y que seguro
coincidiremos algún día.
Va por
vosotros…
Autora: Cristina Ibeas, médica PAC OSI Bidasoa
Aprovecho la ocasión de sumarme a la despedida de Cris de todos los compañeros/as que han compartido guardias a lo largo de estos meses y que terminan ahora su periodo formativo. Me voy a repetir: ha sido un verdadero placer conoceros, he disfrutado de cada una de las guardias compartidas, os doy las gracias y os deseo, cómo no, lo mejor de lo mejor. Ojalá que nos veamos...
No se me habría ocurrido, ¡me apunto lo de la jeringuilla!
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