Tal vez, con la amenaza de la gripe A en ciernes, sea éste un buen momento para reflexionar sobre el papel que cumple el PAC dentro de la Atención Primaria, para plantearnos nuestra organización, nuestra actividad y aquellos cambios que podrían contribuir a mejorarla.
A nuestro entender, la mayor parte de la actividad que desarrollamos consiste en atender patología aguda no grave o reagudizaciones de procesos crónicos; los casos urgentes o verdaderas emergencias no representan el grueso de nuestro trabajo, al igual que sucede en la atención primaria "diurna". Así pues, formamos parte de esta atención primaria y somos un eslabón entre los centros de salud y la atención urgente hospitalaria.
Sin embargo, en ocasiones, tenemos la sensación de no ser "hijos de nadie"; nuestro horario peculiar, la escasa relación con nuestros compañeros de día, muchas veces el desconocimiento sobre las características de nuestro propio centro (disponibilidad de consulta con especialistas, horarios, etc) y la propia historia de los PAC dentro de las organizaciones sanitarias, son ingredientes que contribuyen a esta situación de aislamiento que no es buena para nadie: ni para nosotros, ni para los pacientes.
Son muchas las veces en que nuestra actividad es un reflejo de las agendas de nuestros compañeros: si las agendas están llenas, el PAC atiende también más pacientes. No es ni más ni menos que lo que cabe esperar. Pero de lo que no estamos tan seguras es de que la labor del PAC contribuya de una manera eficaz a organizar esta demanda, por lo menos no en la medida de sus posibilidades.
Y es que si bien, afortunadamente, los tiempos están cambiando y ya, creémos, que es una anécdota aquello de "atender las anginas de turno y dar al paciente en mano las boticas necesarias hasta que le atienda al día siguiente su médico de cabecera", todavía podemos ir más allá y gestionar nuestra consulta para que sea más resolutiva e intentar evitar que los pacientes, en algunos casos, circulen por el sistema para resolver su problema: podemos pedir una radiografía si lo creemos necesario, podemos pedir un análisis o un cultivo, podemos citarlo con su cabecera o con su pediatra para una revisión, podemos "disuadirlo" de que acuda con premura justo al día siguiente si no es necesario, podemos reforzar la información y la prescripción realizada por su médico que tal vez le ha atendido hace tan solo unas horas, podemos extender un parte de incapacidad temporal y citar al paciente para revisión de su baja...Con estas y otras cosillas, que suman poco esfuerzo a la consulta, a lo mejor, contribuímos a aligerar siquiera un poco las, con frecuencia, saturadas agendas, de lo cual, sin duda, los pacientes, y también el PAC, se verán beneficiados.
Pensamos que sería necesario modificar algunas actitudes, también pensamos que es imprescindible que cuenten con nosotros a la hora de establecer protocolos, planes de contingencia (sean o no para la gripe A...); es necesario que estemos al día sobre las novedades organizativas o de otra índole de nuestro centro de salud o de la especializada o de nuestro hospital de referencia; es deseable que nuestra participación en las actividades del centro aumente, que conozcamos a nuestros compañeros y que nos conozcan, que nos sintamos parte de un equipo...
Y todo ésto es necesario porque estamos jugando la misma partida y tenemos, necesariamente, que hacerlo con la misma baraja. Será bueno para todos.
Para conseguirlo, el esfuerzo y el convencimiento debe ser compartido.
Vosotros ¿qué opináis?
Vosotros ¿qué opináis?
Totalmente de acuerdo desde el lado de la primaria. Creo que este blg puede ser una herramienta muy buena para recordar que el PAC, como Teruel, también existe.
ResponderEliminarAmén
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