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Cada trabajo tiene su aquél y el nuestro no es una excepción.
Cuando llevas un tiempo en esto puede ser que pierdas perspectiva; la mirada de
otro no habitual amplía el horizonte. Algo así sucede cuando compartes la
consulta con un compañero/a residente. A mi entender se produce una especie de
trasvaso de impresiones; al principio vienen tímidos y poco a poco contemplas
cómo se mueven cada vez más sólidos y más seguros en el servicio. Por mi parte,
agradezco muchísimo la oportunidad de compartir mi espacio, mis dudas, con
ellos y me gusta ver los cambios que en ellos, y en mí, se producen a lo largo
de los meses. A veces me sorprende la valoración que hacen del servicio, su
apuesta por acudir al PAC hace que reflexione sobre nuestro proceder y que
valore aspectos que la costumbre ha vuelto invisibles a mis ojos. Son, entre
otros motivos, por ello bien acogidos, con alegría y con un plus de
responsabilidad, porque pretendo, con humildad, ser un referente válido para
ellos, no sé si siempre lo consigo. Con todo, confío en que sean críticos y que
aprendan de mi proceder, tanto de los aciertos como de los numerosos errores…Son
un estímulo para mí y creo que para este servicio que tantas veces es
considerado de segunda división.
Tengo claro que el valor de la tarea que uno lleva entre
manos, su importancia, se nutre principalmente de las propias sensaciones: si
yo no valoro en su medida aquello que hago no hay nada en el mundo que lo haga
más válido. Si yo no creo en lo que hago nadie va a venir a darle mayor
crédito. Si a mí me trae al pairo la calidad del servicio que presto, nadie (o
casi) se preocupará de si es bueno o no.
Con todo, como todos,
no podemos negar la importancia que tiene el reconocimiento de nuestra tarea
por parte de otros compañeros que trabajan en otros eslabones de la cadena asistencial. Tal vez en el PAC por sus especiales características, trabajamos
muy solos, la conexión, la buena conexión con otros niveles asistenciales cobra
un valor añadido. Estamos ahí, en medio: somos Primaria, pero en general nos “tocamos”
poco con nuestros compañeros de día. Somos urgencia, pero “peculiar”…Estamos en
medio entre la Primaria, la Emergencia y la Urgencia hospitalaria de adultos y
pediátrica. Nos conocemos poco, muy poco. A veces, muchas, echo de menos una
comunicación más estrecha con mis compañeros; a veces, parece que en lugar de
tirar del mismo carro y en la misma dirección lo hacemos en sentido contrario.
A veces, la crítica es ramplona, fácil, mal argumentada, nacida desde el
impulso y no desde la reflexión…Crítica por lo tanto inútil, gratuita y de la
que no se obtiene nada de provecho, solo hiere.
Últimamente, que yo me haya enterado, se han dado unas
cuantas situaciones comprometidas que han sido bien resueltas por parte de los
profesionales de los PAC. La coordinación con Emergencias ha sido adecuada,
cada estamento ha hecho su trabajo, con complicidad, aunando esfuerzos. Desde
Emergencias han valorado positivamente estas actuaciones y han hecho llegar su
reconocimiento a los trabajadores implicados en forma de felicitación. No nos
nutrimos de sus halagos, pero bienvenidos sean, y agradecidos. No nos dan más
valor, pero nos estimulan y crean lazos, esos lazos tan necesarios para mejorar
el día a día. Sería bueno, muy bueno, que lográramos una mayor conexión entre
el PAC y el resto de servicios; que nos conociéramos mejor, que aunáramos
criterios y que las críticas, tanto las buenas como las menos buenas, tuvieran
como objeto mejorar nuestro trabajo, crecer…Navegamos en el mismo barco y por
las mismas y procelosas mares de la incertidumbre. Todo saber es bienvenido y
vale el doble si es compartido.
Aupa esos PAC!!!!
ResponderEliminarAupa!!!
ResponderEliminartodos podemos hacer algo por la visibilidad del PAC.Como supervisora de un servicio de urgencias alabo vuestra labor
ResponderEliminarq realizais en soledad.Zorionak
Mila esker, Aurora!
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