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Así que ya nos queda muy claro que es la "incertidumbre", ¿no? En todo caso, en nuestro trabajo es el pan nuestro de cada día y, a veces, aunque lo que tengamos entre manos no parezca una asunto de gravedad no podemos llegar más allá. Creo que el relato de Cristina Ibeas nos sirve para retratar una situación que todos vivimos con bastante frecuencia. Buena ocasión para repasar la presentación de nuestro compañero, Marcos Ruiz, sobre esta materia.
Al
hilo de una de las últimas sesiones de los PAC y en la que nuestro compañero
nos “sumergió” en el mundo de las dudas y la incertidumbre y nos dio pistas
para sobrellevarla y vivir con ella sin morir en el intento, os voy a relatar una
consulta que tuve en una guardia y que cuando se la contaba a una buen amiga y
compañera en esto de ser médico/a de PAC acertó de pleno denominándola como el
título de esta presentación: “la abuela
suspirosa”.
Paso
a poneros en situación: 6:30 H AM de un día laboral, llega una ambulancia con
una paciente mujer de 69 años, desplazada (por tanto sin historia en Osabide…)
acompañada de su hija y suspirando una y
otra vez porque no se encontraba bien. El técnico de la ambulancia me relata
que el aviso ha sido porque la paciente estaba con náuseas y malestar mal
definido desde hacía unas horas. Era toda la información que había podido
conseguir por parte de ella y de su familiar... pero enseguida añadió, en un
intento tranquilizador, que todas las constantes eran normales y la
“itxura-apariencia” de la misma también.
Ante
esta tesitura, llevamos a la paciente a la consulta y me dispuse a leer el
informe que la hija me entregaba tras el último ingreso en su ciudad de
residencia por un cuadro catarral si no recuerdo mal y donde, por lo menos, tenía recogidos los AP, tratamientos y demás. Poco reseñable:
AP de HTA, dislipemia y sarcoidosis (patología más bien desconocida por mi parte)
y en tratamiento de base con broncodilatadores y corticoides inhalados, diurético,
IECA y antagonista del calcio por el tema de la tensión arterial, analgésicos
convencionales si dolor y citalopram.
Una
vez leído el informe me dispuse a historiar a la paciente; ella entre suspiros y con los ojos cerrados
repetía que no sabía que le pasaba, pero
que no estaba bien, se había despertado de madrugada y le dolía la cabeza, tenía náuseas y un
vómito alimentario sin dolor
abdominal y con “algo de mareo” sin giro de objetos, sin
focalidad, sin fiebre, sin catarro... y sólo destacaba que hacía unas semanas
había tomado un antibiótico por una infección de orina y estaba pendiente de
cultivo posterior que no se había hecho por venir a Irún con la hija de
vacaciones.
Intenté
poner mis ideas en orden, pero no me resultó fácil...La incertidumbre se cernía
sobre mí: tenía delante a una paciente desconocida con pocos datos claros, la
verdad, pero sí tenía signos clínicos que restaban “urgencia o gravedad“al caso a
priori: paciente estable, consciente y orientada, con buen color, no sudorosa ni con trabajo
respiratorio, manteniendo TA normales en todo momento, sin fiebre, con una sat
O2 99%, y una glucemia capilar también normal .
Ella
seguía suspirando y no fui capaz de conseguir que verbalizara de otra forma
cómo se sentía y en ese momento mi interrogatorio fue ya dirigido y por
aparatos, de arriba a abajo, empezando por el área de cabeza y cuello, y
siguiendo por el tórax y el abdomen; no tenía síntomas catarrales de vías
altas, no tenía focalidad neurológica
aparente, no tenía tos ni flemas, no le dolía el pecho, no notaba palpitaciones
ni dificultad respiratoria, no tenía dolor abdominal aunque seguía nauseosa, ni clara clínica
miccional pero sí contaba que los días atrás “a veces le molestaba un poco al
orinar”....
Puzle
interesante y reconocible, ¿verdad? Y yo, ante todas las piezas, ¿cómo las ensamblo? En el PAC ¿qué puedo hacer? Pues
bien: constantear de nuevo a la paciente, volvimos a tomar temperatura
porque entre suspiro y suspiro a veces parecía que presentaba escalofríos,
intenté que orinara para recoger una muestra y así
responsabilizar a la orina del cuadro de la paciente, pero fue imposible, había
orinado antes de salir de casa y no tenía
ganas por más que lo intentó, y hacer un ECG que era rigurosamente normal.
Tras
estas pruebas tenía ante mí a una paciente “quejosa” y “afectada” sin datos
clínicos de gravedad pero sin saber qué le estaba sucediendo. El árbol de posibilidades
puede ser muy amplio, desde nada a una infección urinaria no resuelta o un
cólico biliar, una indigestión...en fin que creí que lo más adecuado era
derivarla a Urgencias donde podrían realizar las pruebas complementarias que
nosotros no disponemos en el PAC y así dar un diagnóstico más certero de lo que
le ocurría. En el Servicio de Urgencias, le rehistoriaron, solicitaron analítica
de sangre con hemograma y bioquímica normales,
orina sin alteraciones y Rx tórax y abdomen sin hallazgos y el ECG que
ya llevaba del PAC
Le
administraron por vía endovenosa: primperan, dogmatil y buscapina y estuvo unas
horas en observación con mejoría progresiva de los síntomas. En el informe de
alta figuraba el socorrido “no se aprecia patología urgente”; la paciente
volvió a su domicilio con buscapina en comprimidos si dolor abdominal y
control por su MAP.
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