Asclepio, dios griego de la Medicina y de la curación. La imagen es de aquí. |
Que tengo una cierta “manía” por las palabras y sus significados, es un asunto que me viene de lejos…Medicina: “Ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano”, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Es, a mi entender, una bonita definición y muy certera…Engloba los dos aspectos claves para desempeñar nuestra tarea: el conocimiento científico y el arte de saber administrarlo. La ciencia, el conocimiento, sin la habilidad de hacerlo efectivo, sin la capacidad de comprender, de escuchar, de tener en cuenta la biografía del que padece la enfermedad, sin la palabra adecuada y el gesto que la acompaña pierde parte de su eficacia; del mismo modo la sensibilidad, la escucha, la palabra bien intencionada es también insuficiente si no va acompañado del necesario conocimiento porque es justamente en esto, en el conocimiento, en lo que nos diferenciamos los profesionales de la salud de aquellas otras personas cercanas al paciente y que buscan, anhelantes, como nosotros el bienestar para el enfermo. De modo que crecer en estas materias es un deber para los profesionales; tenemos que mejorar nuestras habilidades en comunicación y tenemos que profundizar en nuestros conocimientos buscando las respuestas a nuestras dudas en las fuentes más fiables, de tal manera que nuestra toma de decisiones se apoye firmemente en estos pilares aunque a veces no coincidan plenamente con los deseos de quien está al otro lado de la mesa…Somos profesionales y también personas; hacer de nuestro trabajo sólo arte o sólo ciencia es un error; conjugar ambos aspectos es, muchas veces, un milagro y otras tantas una satisfacción. Y estamos obligados a intentarlo, tal y como lo señala el Código Deontológico que bucea en estos y otros aspectos relacionados con nuestra profesión. Su lectura resulta interesante.
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