Ayer leí en el Diario Vasco que se iba a retrasar la implantación de la receta electrónica en Euskadi hasta finales de 2012. Supongo que la noticia habrá aliviado a muchos de los compañeros que trabajan en Atención Primaria “diurna”. A nosotros, los que trabajamos en el PAC, los ajustados plazos en los que se pretendía implantar no nos suponía tanto agobio como a ellos; a fin de cuentas, familiarizarnos con el nuevo programa de prescripción de recetas agudas o a demanda, no representaba un esfuerzo inasumible…Los cambios aunque aporten ventajas, aunque se consideren necesarios, aunque se adivinen sus bondades, son siempre o casi siempre difíciles; y si además requieren un esfuerzo importante y se llevan a cabo apremiados por el tiempo, sin que se entiendan bien “las prisas” para su implementación, se hacen realmente muy cuesta arriba. Menos mal que en este caso parece que el sentido común y el sentido de la realidad parecen haberse aunado…Confiamos en que la receta electrónica, con el tiempo, se convierta en una herramienta eficaz y útil para todos, profesionales y, por supuesto, pacientes.
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