Hacía muchos años que no asistía,
pero esta vez he acudido al Congreso de la semFYC celebrado recientemente en Bilbao. La
proximidad de la sede a Donostia ha sido, sin duda, un factor clave para que me
animara a hacerlo; la suerte me ha acompañado porque no me coincidían guardias
y por tanto no precisaba ni pedir permisos ni utilizar parte de mis horas de
vacaciones. Por otra parte, la participación de colegas y amigos, auténticos
referentes para mí en el plano profesional, tanto en la organización del evento
como en varias mesas y talleres, era un estímulo más para acudir. Con todo,
tenía dudas sobre si realmente merecería la pena, es la verdad, y así lo
comentaba con un amigo justo antes de coger el autobús camino de Bilbao en una
radiante mañana que me invitaba a gritos a disfrutar de la playa…Y ahora, a
pesar de estar hoy saliente de una guardia de 24 horas, me parece un buen
momento para reflexionar sobre estas jornadas y hacer una especie de balance.
No os voy entrar en detalles
sobre las actividades desarrolladas: para eso nada mejor que os deis una vuelta
por el blog que la organización creó desde hace varios meses y que se ha ido
actualizando día a día, ágilmente, y que recoge brillantemente muchísima
información sobre lo allí acontecido. Creo que la elaboración de este blog, así
como la posibilidad de ver en directo a través de Irekia varias de las mesas,
ponencias y demás, y la actividad de Twittter ha sido todo un acierto, un ejemplo
a seguir en posteriores ediciones. Y eso que yo soy una usuaria modestita de
estas tecnologías, con conocimientos más que limitados, vaya, que “me ansian”;
en todo caso creo que se trata de elegir aquellas opciones que a cada uno le
resulten cómodas, amables y, sobre todo, útiles.
Las actividades, los debates, las
mesas, los talleres…han sido de lo más variado; había que elegir forzosamente y
así han sido varias las cosillas a las que he tenido que renunciar, una pena.
De las que he asistido he sacado una buena impresión: la calidad de los
ponentes ha sido la norma, cuidadas presentaciones, interesante contenido y
habilidad oratoria con muy diversos estilos. Me ha llamado la atención la
participación generosa en los turnos de preguntas, creo que es un buen índice
de que lo que allí se había hablado despertaba el interés de los asistentes. Sin
pretender desmerecer a nadie, me gustaría destacar la Conferencia Inaugural a cargo de
Víctor Montori, que me pareció brillante en su exposición y sin desperdicio en
cuanto a su contenido. Ha habido lugar para interesantes debates de variados
temas, desde el papel de la Atención Primaria en los problemas de salud mental
(¡cuidado: no todo vale por mucho que nos mueva la buena intención! ¡cuánto me
han hecho pensar sobre un aspecto que ya me preocupaba!), pasando por
reflexionar sobre el modelo de congreso que queremos (¡uffff!) y aterrizando,
yo, sobre el papel de las TIC en el área de la salud en una mesa controvertida,
con puntos de vista bien distintos y, a mi entender, tensa en algunos momentos…es
necesario buscar puntos de encuentro, muy necesario.
Creo que ha habido elementos comunes,
como una especie de hilo conductor del congreso, preocupaciones y actitudes
compartidas; me ha parecido advertir una mirada autocrítica en muchas ocasiones,
y esto me gusta, los dogmas no son
buenos. Crítica hacia lo que hacemos y cómo lo hacemos, preocupación porque
nuestra práctica se sustente sobre evidencias, sin olvidar la biografía del
paciente al que atendemos, que es otra evidencia a tener en cuenta, en
ocasiones la mayor de las evidencias. Parecen obviedades, pero no lo son, y con
frecuencia nos olvidamos de hacer lo que tenemos que hacer y de dejar de hacer
lo que no tenemos que hacer…En fin…
Ha habido lugar, también, para
disfrutar de una ciudad espléndida y lo digo yo, que soy una donostiarra
incurable y sin propósito de enmienda; de disfrutar de los casuales encuentros
con gente a la que no ves todos los días, y con los más habituales a los que
admiro (ellos y ellas saben quiénes son, ¡felicidades, sois unos “jefes”!).
Resumiendo, me ha compensado el esfuerzo y, por qué no decirlo, el dinero
invertido; y me gustaría acudir a la próxima edición, allí en Granada que tanto
promete, veremos si el tiempo y las finanazas (¡no es para tantooooo!) me
permiten acudir…
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