viernes, 5 de julio de 2013

Donde la razón perdió su nombre

La imagen es de aquí

Dicen que son el espejo del alma. Cuando los párpados se alzan, la luz de la mirada expresa más allá de lo que la palabra alcanza. Hay miradas de todos los colores, de todas las texturas; estaría bien poder coleccionarlas.
 Encandilan los ojos redondos del pequeño, curiosos y expectantes, te persiguen y acompañan a sus manecitas que quieren apresar el fonendo que cuelga de tu cuello, y de pronto te regala una sonrisa sin motivo; se le ríen los ojos y la sala se ilumina en un instante, y casi sin tregua pasan al llanto incómodo, se visten de enfado. Su temor solo se calma en brazos de la madre o del padre que acompaña sus palabras susurrantes, también, con la mirada.
 Hay miradas crispadas de dolor, los ojos achinados; a veces el temor se adivina al fondo de las pupilas.
 Otras se bañan de tristeza y aunque la boca dibuje una sonrisa, la pena se derrama por encima de mi mesa.
Hay miradas que cuentan la historia de una vida enmarcadas en el rostro surcado de arrugas.
Otras son de hielo y muestran el enfado, la indiferencia o el desacuerdo.
Algunas regalan ternura y endulzan mi impaciencia.
 Muchas acogen la duda, la incertidumbre, su luz dilata las pupilas y se mezcla con la mía que intenta dar sosiego.
Pero de todas las miradas, hay una intraducible, sobrecogedora, que me atrapa: es aquella que desprenden los ojos cuando la razón se fragmenta en mil pedazos, la que inquieta acompaña a las mil voces que solo él o ella escucha, la que acompaña a las manos que se empeñan en espantar tal vez fantasmas que no existen.
Es la que desprendían los ojos de ella aquella mañana cuando repetía insaciable el nombre de su hijo, como un mantra, como si solo el joven pudiera acallar el estruendo de voces que atronaban su cabeza…Cuando, ya dócil, la acompañamos de camino hasta la ambulancia, fueron mis ojos los que trataron de escrutar el alma de alguna de las fotos que colgaban de las paredes de su casa, tal vez con la esperanza de adivinar dónde se hallaba ahora emboscada más allá del brillo extraño, intraducible y sobrecogedor de su mirada. Allí donde la razón perdió su nombre.

2 comentarios:

  1. Dulce, sensible, profundo, poetico, bello, plastico, explicito, certero, foto de la vida, de la percepcion. Y el ultimo, claro, duro frustrante, intrigador , exactamente igual que las esquizofrenias..............

    Inmensa tu capacida de expresar, deleitar, retratar............. LOS PENSAMIENTOS

    ResponderEliminar