martes, 2 de julio de 2013

Un camaleón en Medicina


La imagen es de aquí
Todos sabemos qué es un camaleón, se trata de un animal muy peculiar por su capacidad de mimetizarse y camuflarse para parecer lo que no es y así despistar “al enemigo”. Pues bien, en Medicina hay síntomas y, a veces, hasta entidades que pueden también como el camaleón simular lo que no son.
                En una de las últimas guardias que hice, más concretamente un domingo hacia mediodía, la ambulancia básica nos trajo al PAC a un varón de mediana edad acompañado de un familiar con un cuadro de “crisis de ansiedad”. Según nos dijeron los técnicos de la ambulancia, el paciente estaba en la calle con un dudoso cuadro de mareo, sentado en el suelo  rodeado de gente y llorando…porque además, como refirió la acompañante, estaba en trámites de separación. El paciente estaba muy cerca del ambulatorio y por ello  la ambulancia nos lo trajo para valorar; nos advirtieron  al llegar que no le habían tomado las  constantes,  que a priori  a todos nos parecían  normales, porque había mucha gente en la calle y estaban muy cerca del  centro.
                Con el paciente ya en el PAC  y sentado en una silla de la sala de espera nos dirigimos a él  para preguntarle cómo estaba y qué había pasado. Estaba   consciente y orientado pero parco en palabras, sollozando  y con lágrimas en los ojos y no nos extrañó en demasía que casi no hablara: estaba triste…. La acompañante además añadió que “era muy tímido”.
En esta tesitura lo pasamos a la sala de exploración para valorarle más detenidamente y darle un ansiolítico que mitigara su ansiedad.  Nada sorprendía en la exploración salvo que estaba un poco “lento”, tardaba en responder  aunque cuando lo hacía era de forma coherente, no había dato alguno de focalidad neurológica. La enfermera comenzó a tomar las constantes del paciente y he aquí el dato sorpresa: la PA y la Sat de O2 eran normales,  pero la ¡glucemia capilar era de 24 mg/dl! El paciente estaba triste sin duda alguna, pero sobre todo lo que le pasaba era que estaba hipoglucémico. Rápidamente calentamos leche con azúcar, cola-cao y galletas y en unos minutos  fue recuperándose progresivamente y recuperando las ganas de hablar.
Al revisar la historia nos dimos cuenta de que era diabético en tratamiento con insulina y  que  como él mismo nos confesó se la había puesto como cada mañana  pero no había desayunado ni comido nada porque no tenía apetito ni ganas de nada. Se quedó un rato en el PAC y cuando ya la glucemia capilar estaba en una cifra normal le dimos el alta y recomendamos control por su MAP para valorar su situación anímica.
Con este pequeño relato quiero insistir en dos aspectos:  
·         el primero que   “las cosas a veces  no son lo que parecen”, que hay que estar siempre atentos.
·          Y en segundo lugar que habitualmente los pacientes  que llegan en ambulancia vienen “constanteados”…y  en esta ocasión no fue así y en  uno de esos valores estaba el “quid” de la cuestión.

Fue interesante, nos dio juego  y nos sirvió sobre todo para la reflexión posterior, espero que os sirva de ayuda.  
Y para terminar, una confesión: el paciente antes de la leche caliente y demás aporte calórico se llevó de propina un lorazepam oral…

Autora: Cristina Ibeas, médica PAC OSI Bidasoa

Mila esker, Cris! Conviene no dar nada por supuesto...o casi nada: damos por supuesto que seguirás colaborando con "Cosas del PAC".

1 comentario:

  1. Iñaki deja el siguiente cometario:
    "Esta bien, muy bien y ello me hace ser muy estricto en que sistematicamente se debieran tomar las constantes. Profundizando un poco en este caso, imaginad que este hombre se va para casa con su lorazepan y hace una perdida de conciencia en domicilio por su hipoglucemia y a nadie se le habia ocurrido hacerle la tira. Responsabilidades?"

    ResponderEliminar