Ya puestos a elegir y para empezar
el año, prefiero desear que hacer un balance de recuerdos. Prefiero preferir…
Prefiero que el día sea largo y
la noche serena. Prefiero la risa fácil que la sonrisa perfecta. Prefiero la
sal en los ojos que la mirada de hielo. Me quedo con las arrugas de tu cara, y
con las mías, antes que con la
indiferencia de los rostros de cera. Me quedo antes con la equivocación que con
el desatino. Si me das a elegir, prefiero que me falte pan a que me sobren
comensales. Si no sabes qué decirme,
mejor no me digas nada: prometo hacer lo mismo. Prefiero que me descubran a
tener que esconderme. Prefiero un monosílabo que un discurso de mentiras. Si me das a elegir,
prefiero un banco a la sombra que un día nublado. Prefiero las dudas a las
certezas. Prefiero cantar en grupo a llevar la voz cantante; así que prefiero
desafinar quedamente a que me obliguen a callarme. Si tengo que elegir,
prefiero un autobús abarrotado antes que una calle desierta. Me gustan más los
trenes que llegan que los que se van. Prefiero que me echen de menos a estar de
más. Si me das a elegir, prefiero el café con cafeína y los sueños sin
pesadillas. Prefiero transitar sin prisa a apresurar el paso, aunque tarde un
pelín más en llegar a ninguna parte. Me gusta elegir el camino aunque, tal vez,
no llegue al destino. Prefiero las chaquetas con bolsillos y las capuchas a los
paraguas. Me encandilan más las mariposas de colores que el arco iris tan distante: ¡es que no
vuela! Prefiero los mares a los océanos y los ríos a los pantanos. Me gustan
más los gorriones que los halcones, aunque vuelen más bajito. Me quedo con las
manos ásperas y desnudas antes que con las enguantadas. Prefiero una cuartilla
en blanco para emborronar que una hoja de cálculo llena de cifras exactas. Creo
que me siento mejor en el desorden que en la simetría. Si tengo que escoger, me
quedo con esa camisa vieja que tú elegiste para mí antes que un vestido de seda
por estrenar que, creo, nunca hubieras elegido para mí. Me gustan más las
acuarelas desvaídas que la precisión del microscopio. Me gustan los calcetines de colores y las
sandalias sin tacón. Prefiero la molestia de una piedra que se cuela en mi
zapato antes que una horma estrecha que me aprisione los dedos de los pies. Se me
da mejor guisar que cocinar, del mismo modo que tengo piel y no cutis…
No tengo
remedio: prefiero imaginar que comprobar, soñar que concretar, suponer que
asegurar.
La vida sigue, más o menos,
igual.
Urte berri on! ¡Feliz año nuevo!
José Luis Ibargoyen dice:
ResponderEliminarYo también prefiero elegir.
Un abrazo y URTE BERRI ON
Te veo al inicio del año muy "Serrat".
ResponderEliminarURTE BERRI ON
Ja, ja...ojalá me pareciera al maestro Serrat con un toque canalla al jefe Sabina!!! Un beso!
EliminarMuy bonito, Marilis. Que el 2016 te sea tan propicio como te mereces.
ResponderEliminarMila esker, guapa! Lo mismo te deseo a ti. Un beso.
EliminarBellisima manera de tramitar tu rebeldia.
ResponderEliminarZorionak!
Pues mira: sí, puede ser...Es una especie de pacto conmigo misma...
EliminarMe da qué pensar...Muchas gracias!