martes, 24 de julio de 2012

Las cosas no son siempre lo que parecen (o sí...)



La imagen es de aquí
Hace unos días estando de guardia ya entrada la noche me pasó algo curioso y que me ha hecho pensar en que a veces los diagnósticos  sencillos  suelen ser los más habituales y que aunque  el espectro de los diagnósticos diferenciales debe ser amplio, no hay que permitir que la “noche nos confunda” como a un famoso tertuliano televisivo...
A lo que vamos: vino una paciente joven, sin antecedentes de interés, que consultaba por prurito desde hacía 2-3 días, algo más intenso en la cama  y sobre todo localizado en palmas de ambas manos y plantas de ambos pies. Al oír la curiosa  localización del picor, enseguida se encendieron “mis alarmas”, ya que en el último curso sobre alergia - anafilaxia decían que esta localización puede ser precursora de una reacción grave con la consiguiente  utilización de adrenalina...y sólo de pensarlo me entraban los siete males...
La paciente no relataba más síntoma que el picor sin claro alérgeno desencadenante, no había compromiso respiratorio ni circulatorio (todas sus constantes eran normales), ni náuseas ni vómitos ni dolor abdominal, no había angiodema y, por no haber, no había  ni lesiones habonosas, ni eritema  en piel...Yo me repetía una y otra vez que si no hay habones no hay urticaria, pero a la vez me empeñaba en reinterrogarla para buscar más signos y  síntomas que no encontré.
Al final decidí tratar el picor con un antihistamínico intramuscular (Polaramine®) y la clínica mejoró en un rato; pero cuando ya le estaba explicando que tenía que seguir con el mismo tratamiento vía oral durante unos días,  la paciente se empezó a sentirse mal, se mareó, con cifras de PA bajas (90/50) y bradicardia de 45 lpm. Tras unos minutos  (que me parecieron horas) en decúbito y con las piernas en alto, se recuperó  totalmente y nos contó que cuando le pinchan siempre le sucede lo mismo al cabo de 20-30 minutos...Eso me relajó y finalmente se fue a su casa con el antihistamínico oral pautado y control por su MAP...Pero yo no dejé de pensar en ella toda la noche y algún día después; tanto es así que en la siguiente guardia entré a consultar su historia y su MAP la había visto y al explorarla  había descubierto unas lesiones lineales en ambas muñecas que le sugirieron “SARNA” y como tal la trató con permetrina tópica. En ese momento me percaté: picor de noche al calor de la cama sin más síntomas, tenían un gato desde hacía unas semanas...
En fin, algo más sencillo que la  anafilaxia  que yo buscaba. Y es que en ningún momento pensé en patología  dermatológica, para mí era alergia no sé muy bien a qué   y en ese momento recordé a una amiga mía que dice: “si no lo piensas no lo diagnosticas”.

Para el que quiera recordar algo más de la sarna, nada mejor que esta entrada del blog Dermapixel, titulada Sarna sin gusto…también pica.

Autoría: Cristina Ibeas, médica PAC Irun. Gracias, Cris (¡ya van dos!), además me he reído imaginando tu cara de susto; es que la noche es muy maaalaaa...

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