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Hace unos días
estando de guardia ya entrada la noche me pasó algo curioso y que me ha hecho
pensar en que a veces los diagnósticos
sencillos suelen ser los más
habituales y que aunque el espectro de
los diagnósticos diferenciales debe ser amplio, no hay que permitir que la
“noche nos confunda” como a un famoso tertuliano televisivo...
A lo que vamos:
vino una paciente joven, sin antecedentes de interés, que consultaba por
prurito desde hacía 2-3 días, algo más intenso en la cama y sobre todo localizado en palmas de ambas
manos y plantas de ambos pies. Al oír la curiosa localización del picor, enseguida se
encendieron “mis alarmas”, ya que en el último curso sobre alergia - anafilaxia
decían que esta localización puede ser precursora de una reacción grave con la consiguiente utilización de adrenalina...y sólo de pensarlo
me entraban los siete males...
La paciente no
relataba más síntoma que el picor sin claro alérgeno desencadenante, no había
compromiso respiratorio ni circulatorio (todas sus constantes eran normales),
ni náuseas ni vómitos ni dolor abdominal, no había angiodema y, por no haber,
no había ni lesiones habonosas, ni
eritema en piel...Yo me repetía una y
otra vez que si no hay habones no hay urticaria, pero a la vez me empeñaba en
reinterrogarla para buscar más signos y
síntomas que no encontré.
Al final decidí
tratar el picor con un antihistamínico intramuscular (Polaramine®) y la clínica
mejoró en un rato; pero cuando ya le estaba explicando que tenía que seguir con
el mismo tratamiento vía oral durante unos días, la paciente se empezó a sentirse mal, se
mareó, con cifras de PA bajas (90/50) y bradicardia de 45 lpm. Tras unos
minutos (que me parecieron horas) en
decúbito y con las piernas en alto, se recuperó totalmente y nos contó que cuando le pinchan
siempre le sucede lo mismo al cabo de 20-30 minutos...Eso me relajó y
finalmente se fue a su casa con el antihistamínico oral pautado y control por
su MAP...Pero yo no dejé de pensar en ella toda la noche y algún día después;
tanto es así que en la siguiente guardia entré a consultar su historia y su MAP
la había visto y al explorarla había
descubierto unas lesiones lineales en ambas muñecas que le sugirieron “SARNA”
y como tal la trató con permetrina tópica. En ese momento me percaté: picor de
noche al calor de la cama sin más síntomas, tenían un gato desde hacía unas
semanas...
En fin, algo más sencillo que la
anafilaxia que yo buscaba. Y es
que en ningún momento pensé en patología
dermatológica, para mí era alergia no sé muy bien a qué y en ese momento recordé a una amiga mía que
dice: “si no lo piensas no lo diagnosticas”.
Para el que
quiera recordar algo más de la sarna, nada mejor que esta entrada del blog
Dermapixel, titulada Sarna sin gusto…también pica.
Autoría: Cristina Ibeas, médica PAC Irun. Gracias, Cris (¡ya van dos!), además me he reído imaginando tu cara de susto; es que la noche es muy maaalaaa...
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